Gran parte de la población piensa que sí, que el uso de la mascarilla no va a tener un punto y final. Todos y cada uno de nosotros nos hemos acostumbrado a usarla, y además no solo a llevarla puesta nosotros mismos, sino también a normalizar su uso cuando las empresas nos ofrecen servicios, como por ejemplo la restauración.
Ahora ha cambiado nuestra opinión acerca de ellas, no solamente debido al covid-19 y la protección contra él que nos ofrece, sino que ha supuesto una nueva norma no escrita de higiene en muchos servicios.
Multitud de clientes han visto con buenos ojos que en la manipulación de alimentos se instaure el use la mascarilla, ya sea en la elaboración de los platos en el interior de las cocinas como en el servicio de mesas que realizan los camareros, por ello muchos hoteles y restaurantes coinciden en que el uso de la mascarilla se va a mantener entre sus empleados, y además va a ser un claro mensaje de limpieza e higiene hacia sus clientes.
Además, otros sectores como la automoción, la industria química o la carpintería han normalizado el uso de las mascarillas FFP2, cuando antes solo las usaban cuando realizaban alguna actividad concreta que lo exigía por normativa. Ahora muchos trabajadores se han acostumbrado a desempeñar su actividad portándola, y gracias a ello han descubierto las ventajas que le puede aportar a su salud el uso de la mascarilla.
Por todo ello es de opinión generalizada que sí, que la mascarilla ha venido para quedarse y que el rechazo previo que existía antes de 2020 ha desaparecido casi en su totalidad.
