Libres de grafeno

En numerosas publicaciones hemos observado que las empresas hacen referencia a que sus mascarillas están libres de grafeno. Pero realmente, ¿Qué es el grafeno?

El grafeno es un compuesto formado por átomos de carbono que se agrupan formando láminas y su estructura es similar a la de un panal de abejas, lo que le da una alta resistencia y elasticidad a pesar de ser tan fino.

Por este motivo muchos ingenieros decidieron añadir este producto a la producción de teléfonos móviles, pantallas táctiles o equipos de música, además de estar presente en miles de productos más. Pero lo realmente interesante es que se utiliza a menudo en la confección de tejidos dada su gran resistencia a la rotura, como por ejemplo, en la confección de chalecos de protección antibalas.

Además, el grafeno tiene capacidad bactericida lo que le hace capaz de evitar el crecimiento de microorganismos como bacterias, virus y hongos allí donde está presente. Por todas estas razones los fabricantes vieron en el grafeno un habitual para conformar sus mascarillas.

Con la llegada de la pandemia muchos científicos alertaron que la exposición al grafeno en altas concentraciones y durante un periodo prolongado de tiempo podría llegar a producir inflamación pulmonar al inhalar pequeñas partículas del material.

Una vez conocida esta información, muchas empresas dieron un giro drástico, dejando de incluir el grafeno en sus mascarillas, y además lo usaron como una diferenciación respecto a otros fabricantes que no dieron importancia a su inclusión en la misma.

Por ello, como consumidores tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que las mascarillas que consumimos están libres de este material, ya que pese a contener cualidades muy buenas para la confección de tejidos, también contiene cierto riesgo para la salud nuestra exposición prolongada. La mascarilla se ha convertido en una compañera de viaje para todos nosotros, por lo que el riesgo que debemos asumir al usarla debe ser nulo.

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